EL HÉROE IMAGINARIO

 



Lucas Marenco es mi padre y lo traigo al hospital a consulta y lo devuelvo a casa, pero hoy se han agravado sus padecimientos. Al recibirlo, los enfermeros de inmediato lo condujeron a una sala apartada y comenzaron a auscultarlo. Los médicos diagnosticaron que padecía de una enfermedad de la que muy poco se había oído hablar en este siglo. Era una enfermedad que supone, desapareció hace mucho y ellos no estaban seguros qué clase de padecimientos modernos producía.

Yo, sólo sabía que Lucas era el jefe de la familia y que estaba empeorando día y noche.

Al despertar fue al baño y de pronto salió de ese lugar y se dirigió al galeno y le dijo: Doctor, del chorro del lavamanos está saliendo micro Esfenodontes. El médico le dice que regrese a su cama y lo sedó de nuevo.

Al siguiente día cuando le preguntaron si había dormido bien, contestó: No pude dormir porque fuera del hospital mugió un Bisonte toda la noche. Para que pudiera dormir le taparon los oídos y pudo morir, pero volvió a llamar desesperado al galeno y le dijo que lo cambiaran de habitación porque había visto ahí a una sombra del mil ojos. El doctor le aseguró que en esa habitación estaba muy seguro:

-No se preocupe, usted vencerá esa sombra, si cuando ella llegue lo encuentra con los ojos abiertos. Desde momento, permaneció despierto.

Sólo yo sabía que Lucas no estaba loco, como para que lo internáramos en ese manicomio, por suerte el nuevo médico que tenía una sospecha, se dio cuenta que se trataba de un tumor maligno que se escondía en su cabeza. Así se lo revelaron los últimos exámenes. Fue una lástima porque en ese instante Lucas fue envuelto por una sombra que salió de su pasado.


                                                EDGAR IVAN HERNÁNDEZ, FEFRERO, 2021


 

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